Diferentes argumentos reconocidos mundialmente, permiten concluir desde diferentes puntos de vista que es inconveniente mantener fauna silvestre en calidad de animales de compañía o como mascotas; a continuación se hará una breve reseña de los mismos:
Consideraciones en salud pública:
La tenencia de fauna silvestre tiene importantes implicaciones desde el punto de vista de salud pública debido a los riesgos que asumen las personas que los mantienen. Una de las principales es la exposición a las enfermedades zoonóticas, que son aquellas que padecen los animales y que pueden ser transmitidas al hombre o viceversa.
En algunos casos los animales pueden sólo llevar el microorganismo (virus, bacteria, hongo o parasito) que produce la enfermedad sin que la padezca, como el caso de la salmonella, en reptiles como tortugas, iguanas, serpientes y lagartos, siendo esta una bacteria que puede originar desde intoxicaciones estomacales hasta la fiebre tifoidea u otros malestares que pueden comprometer la vida de la persona contaminada (http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/salmonellainfections.html.(Gardeazábal, 1999). En resumen, algunos de los aspectos más importantes son:
- Los animales silvestres, incluidos los provenientes de zoocriaderos, son portadores de diferentes agentes patógenos como virus, bacterias, hongos y parásitos que pueden ser fácilmente transmitidos al ser humano.
- Pueden ser portadores asintomáticos de diferentes enfermedades, es decir, no manifiestan signos clínicos evidentes.
- Son transmisores de agentes patógenos que no se presentan habitualmente en animales domésticos o en el hombre, y sí pueden ser fácilmente transmitidos a cualquiera de estos.
- Las enfermedades transmitidas naturalmente de los animales al hombre o viceversa se denominan zoonosis. Existe una gran multiplicidad de “enfermedades zoonóticas” que han podido ser asociadas al contacto directo o indirecto con los animales silvestres.
- Muchas de las enfermedades zoonóticas son de gran riesgo para el ser humano comprometiendo incluso la vida.
- La detección de síntomas en animales portadores es bastante difícil; sin embargo, los signos clínicos que pueden observarse en la población humana afectada incluyen diarrea severa, dolor abdominal, náusea, vómito y fiebre (Worell, 1999).
- En tanto que ciertos casos pueden curarse espontáneamente, existen otros que pueden resultar en problemas más severos como meningitis, abscesos cerebrales e incluso la muerte, especialmente en niños (Veterinary Asociates, 2002).
- Vale la pena destacar que existen grupos poblacionales especialmente susceptibles o expuestos a las zoonosis como son los niños menores de 10 años, los adultos mayores, las personas afectadas de enfermedad crónica del sistema inmune, personas con trasplantes recientes y aquellas que toman drogas inmunodepresoras (Wissman, 2000).
Fuente: http://www.ambientebogota.gov.co/web/fauna-silvestre/animales-de-compania